Un año de Covid: las implicaciones psicológicas de la privación de placeres

Después de un año de Covid, sentimos la fatiga de la pandemia más que nunca. La vida normal todavía parece muy lejana y la mente necesita esperanza.

Hace un año Covid pasó a formar parte de nuestras vidas y con él también las restricciones.

Hemos estado haciendo malabares durante mucho, demasiado, mucho tiempo entre cierres, encierros, cines vacíos, pases fijos para gimnasios y cines cerrados.

¿Y queremos hablar de viajes?

Quienes padecen el síndrome de Wanderlust lo saben bien. No tener la oportunidad de viajar genera una impaciencia difícil de contener.

A la larga la falta de placer, el entretenimiento y la adrenalina pueden causar algunos efectos en la psique que vale la pena observar.

Por supuesto Dar un nombre a lo que está sintiendo le ayudará a ser consciente de lo que está experimentando.

¿Cuáles son las implicaciones psicológicas de Covid?

(Continúe debajo de la foto)

Lo que sientes se llama frustración

La frustración llega en el momento una necesidad o un deseo no se puede realizar debido a factores externos.

Significa que sabes lo que necesitarías sentirse bien pero algo, que no depende de ti, está bloqueando su consecución.

Y eso es exactamente lo que les está sucediendo a todos como resultado de la pandemia.

Manejar este sentimiento implica una dosis masiva de capacidad de resistencia, aceptación y reorganización.

Si es cierto que las restricciones bloquean una necesidad, usted sabe, deberías encontrar otras formas para simular las tan buscadas sensaciones.

Si le quitamos el placer, solo queda el deber

La pandemia ha llevado a la renuncia a placeres que para muchos eran indispensables.

Imagínese si alguien le hubiera advertido que habría pasado un año, al menos, sin cine, deportes o aviones. Por lo menos habrías tenido una carcajada de incredulidad.

En realidad si eliminamos placeres básicos como los mencionados nos quedamos con muchos deberes y muy pequeñas dosis de ocio.

En definitiva, nuestra vida se reduce a trabajo, hogar, pequeñas relaciones exclusivas y poco más.

Escuchemos mas el cansancio de la situación porque los deberes y los placeres están demasiado desequilibrados y, a la larga, esto pesa mucho. Mucho.

La libertad limitada genera ansiedad

La pandemia ha limitado nuestra libertad.

Como si eso no fuera suficiente, se suma a esto el miedo al contagio y el sufrimiento de ver sufrir a los seres queridos.

Esto aumenta el estrés, nos preguntamos cuándo todo volverá a la normalidad y sentimos que no podemos resistir. Todas las percepciones que podrían convertirse en ansiedad.

Es una ansiedad dada por el sentimiento de inmovilidad y la necesidad humana de sentir libres en sus elecciones.

Acepta lo que sientes

En definitiva, fatiga física y mental, ganas de ir, necesidad de saber cuándo empezar a tomar iniciativas concretas todas estas son sensaciones por las que puedes pasar.

Ignorarlos no hará nada más que aumentarlos y crear estrés adicional.

En cambio, reconocerlos te permitirá darles la bienvenida y aprender a estar en ese sentimiento abrumador de ira y frustración que probablemente tendrá que acompañarnos durante un tiempo que desconocemos.

Esperando que las vacunas lleguen rápidamente para todos.

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