Por eso comemos más cuando hace frío - Grace

Cuando llega el invierno tenemos más hambre y las trampas aumentan. Hay una explicación científica para esto: es por eso que comes más cuando hace frío.

Si en este periodo tienes el sensación de estar siempre hambriento no es culpa tuya sino del frío que viene.

La investigación publicada en el European Journal of Clinical Nutrition examinó el comportamiento alimentario de 600 adultos durante un año y encontró que el otoño es la temporada en la que introducimos más alimentos grasos y calóricos.

En particular hablamos de alrededor de 90 calorías adicionales por día en comparación con la primavera, con un pico en noviembre.

Aqui esta ella explicación científica de por qué.

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Es culpa de la tristeza

Allí la cantidad de luz disminuye y con esto los estados de tristeza aumentan.

Nos damos cuenta de que el verano ya ha terminado: el tiempo lluvioso y el aumento de las horas de oscuridad pueden provocar melancolía y en consecuencia decidimos echarnos a la comida.

De hecho, la comida es la herramienta de consuelo más inmediata y rápida de encontrar.

La comida produce calor

En una investigación publicada en el Journal of Biological Chemistry se encontró que, con el frío, La producción de calor se convierte en una prioridad para el organismo.

El cuerpo luego ordena al cerebro que ingiera más grasa para producir más calor.

Sin embargo, esto es una gran ilusión porque en los países industrializados, gracias a la calefacción, no nos topamos con temperaturas tan bajas.

En consecuencia, todas las grasas ingeridas y no útiles se transforman en depósitos adiposos.

Estamos mas estresados

El otoño cierra definitivamente las relaciones con el verano y proyecta la mente hacia largos meses que muchas veces se imaginan oscuros e interminables.

La primavera está lejos el trabajo está en pleno apogeo y estás más estresado.

los estrés naturalmente lleva a buscar una forma de sentirse mejor y esto suele estar representado por la comida.

Qué hacer

En primer lugar, escúchate a ti mismo.

Si te das cuenta que lo tuyo es un hambre nerviosa y exagerado, te encuentras alimentos que te satisfacen pero que puede mantener la sensación de saciedad por más tiempo.

Tambien seria importante aumentar la actividad física para permitir que el metabolismo permanezca activo.

Sí, a los caprichos de vez en cuando, pero asegúrate de que no se convierta en un hábito: el verano puede volver antes de lo que piensas.

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